lunes, septiembre 11, 2006

Desde aquí

Desde aquí,
desde esta ausencia de tu cuerpo en mi cuerpo,
la noche se va acercando
sin ningún difunto descansando en mi sala,
sin nadie que me mire o me ofrezca un pan.
Desde aquí, desde esta noche sola,
los hombres salen a las calles
confundidos en el humo,
se esconden por las esquinas,
acechan a las palomas,
se dejan llevar por el ruido tembloroso de las campanas,
son ellos, los hombres que no olvidan
y tragan puños de tierra,
y gritan
y cantan
y sienten un dolor en los ojos
como si les clavaran agujas en la espalda,
porque no hay río que los lave de su lengua agria,
de sus manos tiesas que no acarician nada.

Desde aquí,
desde esta noche que no escapa a mi ventana,
yo los veo pasar,
bajar por las piedras como si fueran un alma,
y me siento triste,
como si tuviera que llorarles,
como si esperara el temblor de tu pecho
bordeando mis manos
llenando mi cara.

1 comentario:

Bernardo Araujo dijo...

che ringo hasta que escupio algo wey ya se estaba tardando y gacho... se va recuperando el aliento y el ritmo que habias gandado hace tiempo... bien wey