lunes, febrero 16, 2009
martes, febrero 10, 2009
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Me dicen que esto es fácil, hay que relajar las manos, escuchar musiquita, de preferencia que suene tristona aunque no lo sea, recodar los viajes, los cielos, los límites y los pasos compartidos. Traer a la memoria imágenes, viejas, recientes, no importa el tiempo que han permanecido olvidadas, sólo hay que dejarlas caer como si fueran un puño de instantáneas que se agolpan sobre la mesa y recogerlas de a una por una y sonreir de vez en cuando. Me dicen, me han dicho que es fácil. Que no importa el frio, ni la lluvia, ni el silencio, ni las distancias insalvables, que siquiera importa la sorepresiva rutina de la ausencia, ni el eco de la sangre, ni los vidrios esparcidos en las venas, ni el furor de los muertos que no aparecen nunca, que si todo esto no importa y lo veo y lo siento y lo olvido a cuentagotas será fácil, determinantemente mas sencillo conjurar a la locura, atrapar los vientres convertidos y asumir el riesgo de olvidarte.
Publicadas por César venegas a la/s 10:11 a.m. 2 comentarios